Hoy fuimos a hacer los circuitos al Norte, previo cambio de Hotel porque el Samai, cuyo nombre en quechua significa "descanso" (cuan ironico!) decia, el Samai tiene un encargado nocturno incapaz de mantener el silencio, y se sucedian portazos, voces, TV a alto volumen, conversaciones que retumban en el pozo de aire. Pasada la 1am fui a tirar la bronca ante la concurrida tertulia. Me miraron como si hubiera bajado de un OVNI. Resultado? Nos fuimos. La solucion? El Hostal del Valle, totalmente recomendable. Rustico y encantador, con vista al cerro, un jardincito delicioso en el patio interno y mas terreno atras. Nos encanto la atencion, el matrimonio que lo maneja, sus dueños,nos hicieron sentir como en casa, y el hotel, si bien es simple, tiene aire acondicionado, y lindas vistas. Y la tele, esta en el hall central donde don Raul nos regalo sus historias. Y solo nos cobraron $60, desayuno incluido.Mas la promesa de calma reparadora. Mas no se puede pedir.
Salimos hacia el Norte por la Ruta 40, el oprimer atractivo fue la magnifica Quebrada del Rio Belen, una verdadera belleza de ruta enmarcada por cerros bordeados de arboles y cardones.




Hostal del Valle
Av Calchaqui (ruta 40) 461
(03835) 461230 Belen- Catamarca.
Sr Raul Benavidez.
La ruta 40 te acerca a la Puna y eso se nota en los paisajes mas y mas deserticos a medida que se avanza hacia el norte. A pesar de lo cual, hay muchisimos pueblos, y muchos de ellos antiquisimos, sus nombres estan vinculados a etapas de la cultura diaguita: La Aguada, La Cienaga, Condor Huasi. Ya desde San Jose hay formaciones erosionadas de color rojizo que te hacen acordar a Talampaya o la Quijadas en San Luis. A la altura de San Fernando, hay todo un paredon esplendido, inclinadas y talladas en la margen este del rio. En El Eje, el camino se bifurca. Tomamos primero el rumbo a mi otro sueño: Antofagasta de la Sierra, sabiendo que no ibamos a llegar pero deseosos de ver las estribaciones de la Puna misma. Las formas fabulosasde la quebrada, en rojo intenso y verdes sutiles seguian hacia la Puerta de Corral Quemado. Recorrimos el pueblo, muchos de cuyos patios traseros dan literalmente a una hilera de formaciones muy curiosas que bordean la ruta hacia el norte, hacia Antofagasta, en verde seco y blanco. Tenemos la idea de que son formaciones de arena o sal, y parecen las proas elevadas de barcos hundidos.
















Puerta de Corral Quemado luce increiblemente bien cuidado, bien pintado, hiper limpio y no es zona turistica. Y como todos los pueblos de esta zona, esta lleno de chicos y bulliendo de actividad. Damos la vuelta y retomamos la ruta a Antofagasta, admirando las montañas erosionadas hacia el este y el cañon esculpido en increibles formas por cincel de agua y viento hacia el oeste. A 8km nos interrumpio un ripio duro y el pavimento en reparacion, con lo cual, sin llevar goma de auxilio pone fin a nuestra expedicion al Norte. Eso si, tomamos la consabida parva de fotos, prometiendonos volver por Antofagasta y sus increibles paisajes y volcanes y salares algun dia. Luego paramos para escalar algunos de los “barcos hundidos” y al chivetear por ahi arriba me pegue un flor de porrazo al bajar de culo, tengo la cacha izquierda amorotonada como una berenjena y la palma de la mano derecha raspada y arde como la p....!!!&%$#”! ¡Pero valio la pena!
Vueltos a la 40 apuntamos a Hualfin pero el asfalto se acaba ahi nomas, el ripio es horrendo y uno se pregunta porque coño no asfaltan los 10 o 20 miserables km que separan del resto del pavimento y que a su vez lleva a traves de Santa Maria a Las Ruinas de Quilmes, y Cafayuate por los Valles del Yokavil y el Calchaqui. Lastima, me hubiera gustado ver las termas de los Nacimientos. Volvimos a Belen, hicimos parada en un picnic junto al rio, previo paso por San Jose y foto a su iglesia (MHN)

Nos instalamos cerca de l acequia, hicimos picnic, jugamos a los dados, volvimos a caminar hacia el Rio atravesando todos sus brazos hasta el barranco del otro lado,




Una vuelta mas por el rio, ridiculo video jugando a la rana, que tambien nos causo mucha risa, creo que estabamos intentando no dejarnos vencer por la melancolia que se apoderaba de nosotros ante el inevitable regreso.
